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Lizette Arditti Sirotcky
Blanco y Negro
Pintar con tinta negra sobre un soporte blanco es una experiencia que encierra un profundo sentido en el ejercicio de la pintura. Esta dualidad entre la luz y la oscuridad representa la polaridad inherente a nuestra existencia; sin este contraste, el mundo carecería de dinamismo y significado. Al diluir la tinta, creamos una gama de grises que reflejan los matices y complejidades de la vida misma. Cuando nos sumergimos en la contemplación de una simple mancha de tinta, podemos descubrir en ella un reflejo de la naturaleza, y es precisamente en ese momento cuando la mancha se convierte en un puente que nos conecta con la esencia sublime de lo natural, conmoviéndonos profundamente.









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